¿Por qué seguimos usando el teclado QWERTY? Historia y mitos detrás de las teclas
Por Deyber Fonseca Araya el Friday, October 3, 2025
Seguramente lo usaste hoy mismo para escribir un mensaje, redactar un correo o incluso programar: el teclado QWERTY. Ese curioso orden de teclas que empieza con las letras Q-W-E-R-T-Y parece tan natural que rara vez nos preguntamos: ¿por qué está diseñado así? Y, sobre todo, ¿por qué seguimos usándolo en pleno 2025?
La historia del teclado QWERTY se remonta a finales del siglo XIX, cuando las máquinas de escribir eran la herramienta de comunicación por excelencia. En 1868, el inventor Christopher Sholes, junto con Carlos Glidden y Samuel Soule, patentaron la primera máquina de escribir práctica. Pero había un problema: cuando los mecanógrafos escribían demasiado rápido, las barras metálicas de las letras chocaban y se atascaban.
Para resolverlo, Sholes reordenó las teclas de manera que las combinaciones de letras más comunes quedaran más separadas entre sí, obligando a los mecanógrafos a escribir un poco más despacio y evitando los atascos. Así nació el diseño QWERTY, que rápidamente se convirtió en estándar cuando la empresa Remington lo adoptó para sus máquinas en 1873.
Lo curioso es que, con el paso de los años, aparecieron otros diseños que prometían ser más eficientes, el más famoso fue el teclado Dvorak, creado en la década de 1930, que buscaba reducir la fatiga y aumentar la velocidad colocando las letras más usadas en posiciones centrales y cómodas. De hecho, algunos estudios demostraron que podía mejorar la productividad, pero el QWERTY ya estaba tan extendido que resultó prácticamente imposible reemplazarlo.
Aquí es donde entra en juego uno de los grandes mitos: ¿de verdad QWERTY fue diseñado para hacer más lenta la escritura? Algunos historiadores aseguran que no, que en realidad buscaba un equilibrio entre velocidad y reducción de errores. Otros sostienen que fue simplemente una solución pragmática que se volvió tradición, lo cierto es que el factor cultural y económico pesó más que cualquier ventaja técnica de los teclados alternativos.
Hoy, más de 150 años después, seguimos usando QWERTY en computadoras, tablets y teléfonos inteligentes. Incluso cuando deslizamos el dedo en la pantalla táctil, la lógica de distribución sigue siendo la misma. Y aunque existen teclados ergonómicos, diseños personalizados e incluso atajos de voz, el viejo QWERTY resiste como un estándar universal.
¿Por qué? La respuesta es simple: costumbre y compatibilidad. Ya que cambiar el diseño implicaría reeducar a miles de millones de personas, actualizar software, hardware y sistemas de escritura en todo el mundo. El costo sería tan alto que ninguna alternativa ha logrado imponerse.
El teclado QWERTY es un recordatorio de cómo la historia moldea la tecnología, y de cómo una decisión tomada hace más de un siglo sigue marcando la forma en que nos comunicamos hoy. Tal vez no sea el diseño más eficiente, pero es el que mejor simboliza nuestra capacidad de adaptación: lo imperfecto que, por conveniencia, se convirtió en eterno.
Saludos amigos.