El primer virus informático y cómo cambió para siempre la seguridad digital

Por Deyber Fonseca Araya el Tuesday, September 16, 2025

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Hoy escuchamos hablar a diario de malware, ransomware, phishing y toda una lista de amenazas digitales que parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Pero todo este universo de la ciberseguridad tiene un punto de partida curioso y poco conocido: el primer virus informático de la historia.

Corría el año 1986, cuando dos hermanos paquistaníes, Amjad y Basit Farooq Alvi, desarrollaron un pequeño programa llamado Brain, lo curioso es que su intención no era robar información ni causar caos mundial, sino algo muy distinto: proteger su propio software de la piratería.

El virus Brain se propagaba a través de disquetes (la “nube” de aquella época), infectando el sector de arranque de las computadoras IBM PC. Una vez dentro, no dañaba los archivos, pero sí mostraba un mensaje que incluía la dirección y número de teléfono de los propios creadores en Pakistán. Básicamente, era una firma digital forzada, una manera bastante directa de decir: “Si estás usando una copia ilegal de nuestro software, lo sabemos”.

Aunque Brain era relativamente inofensivo, marcó el inicio de una era. Por primera vez quedó claro que el código informático podía replicarse y expandirse como un organismo vivo, de ahí el nombre “virus”. Lo que empezó como un experimento terminó abriendo la puerta a un mundo completamente nuevo: la guerra digital entre creadores de virus y especialistas en seguridad.

A finales de los 80 y 90, comenzaron a aparecer virus mucho más dañinos, capaces de borrar archivos o inutilizar computadoras completas, esto obligó al nacimiento de los antivirus comerciales y sentó las bases de toda la industria de la ciberseguridad.

Hoy, casi 40 años después, los virus informáticos han evolucionado hasta convertirse en sofisticadas amenazas globales, ya no viajan en disquetes, sino a la velocidad de Internet, escondidos en correos electrónicos, páginas web falsas o archivos adjuntos aparentemente inocentes, y sus motivaciones han cambiado: de simples travesuras o reclamos de autoría, pasaron a ser herramientas de espionaje, extorsión y ciberataques a escala mundial.

El legado del primer virus, Brain, nos deja una enseñanza importante: la seguridad informática no es un lujo, es una necesidad. En un mundo donde almacenamos nuestra vida entera en dispositivos y nubes, un descuido puede significar desde perder recuerdos valiosos hasta comprometer información crítica de empresas y gobiernos.

Quizás los hermanos Alvi nunca imaginaron que su pequeño experimento desencadenaría toda una industria de miles de millones de dólares. Pero así fue: el primer virus cambió para siempre la forma en que entendemos la tecnología, recordándonos que cada innovación abre también nuevas puertas a la vulnerabilidad.

Saludos Amigos

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