Del Walkman al Spotify: cómo la tecnología cambió nuestra manera de escuchar música
Por Deyber Fonseca Araya el Tuesday, October 14, 2025
Hace unas décadas, escuchar música era casi un ritual. Elegir un casete, rebobinar con un lápiz, colocar los audífonos del Walkman y perderse en las canciones favoritas era una experiencia íntima, casi mágica. Hoy, con Spotify o Apple Music, tenemos millones de canciones en un clic, pero también hemos cambiado radicalmente la forma en que vivimos la música.
El Sony Walkman, lanzado en 1979, fue una auténtica revolución. Por primera vez, la música se volvió portátil y personal. Ya no dependíamos del estéreo del hogar ni del radio del carro: podíamos llevar la banda sonora de nuestra vida en el bolsillo. En su momento, muchos adultos lo criticaron, diciendo que “aislaba a los jóvenes”, pero lo cierto es que el Walkman abrió una nueva relación entre la tecnología y la identidad individual.
Con los años, el casete dio paso al CD y luego al MP3, símbolo de la era digital. La llegada del iPod en 2001, con su famoso eslogan “mil canciones en tu bolsillo”, marcó el inicio del fin de la música física. Era práctico, moderno y fácil de usar, pero también cambió algo más profundo: la forma en que valorábamos la música. Ya no era un objeto tangible, sino un archivo digital.
Y entonces llegó la era del streaming. Spotify, lanzado en 2008, prometió acceso ilimitado a millones de canciones desde cualquier lugar. Lo que antes requería coleccionar discos, ahora cabía en una app. Hoy, con unos cuantos clics, podemos descubrir artistas nuevos, crear listas infinitas y compartirlas con amigos. Sin embargo, esta comodidad también tiene su precio: la música se ha vuelto efímera. Escuchamos más, pero recordamos menos. Las canciones van y vienen al ritmo del algoritmo.
Aun así, cada etapa tecnológica ha dejado su huella. El Walkman nos dio libertad, el iPod nos dio control, y el streaming nos dio acceso total. Pero quizás el desafío actual sea recuperar la conexión emocional con la música, esa sensación de poner un disco y escucharlo sin distracciones, solo por el placer de disfrutarlo.
Porque, aunque cambie el formato, la esencia sigue siendo la misma: la música nos acompaña, nos define y nos conecta con los momentos más importantes de nuestra vida. Tal vez el futuro traiga nuevas formas de escuchar, con inteligencia artificial creando listas perfectas o música generada en tiempo real según nuestro estado de ánimo. Pero nada podrá reemplazar la magia de esa primera canción que marcó un recuerdo.
Saludos amigos